En este artículo se documenta un manuscrito del historiador Jean de Nostradame, un personaje cercano a J.J.Scaliger, que afirma haber encontrado un documento en la Provenza en el que se dice que los sarracenos ocuparon Europa bajo la dirección del rey de Tartaria, de Gallicia y de Troya la Grande. Se trata, por tanto, de un documento importante que se alinea con la Nueva Cronología de Fomenko y Nosovskij, que, además, apunta al linaje judío (y tártaro) de la realeza europea.
Un investigador catalán ha localizado un manuscrito de Jean de Nostradame, hermano del conocido Nostradamus, y me lo ha facilitado (1). A modo de contextualización, el padre de J.J.Scaliger -quien diseña el mapa cronológico oficial a medida de los intereses de Europa Occidental- fue mecenas de Michel de Nostradame (latinizado como Nostradamus), así que merece una atención especial.
El escrito es un conjunto de notas a mano en las que se describe la historia de la Provenza, encajándola con el calendario oficial, pero es simple, improvisada, sin fuentes y con una clara intención de no mencionar la naturaleza del poder judío de la tierra que -en la Edad Media- ocupa la Provenza hasta Burdeos, con capitalidad judía en la Narbona (2). Y, también, de ocultar las raíces catalanas, que no se comentan, para escribir una historia afrancesada y cristiana en su sitio. De forma no casual, se trata de un borrador del proyecto europeo de reescribir la historia, que Caesar Nostradamus (el hijo del conocido Nostradamus) completa, ahora sí con fuentes y como un libro enciclopédico, y edita el año oficial de 1614 (3). El primero es un simple borrador, y el segundo todo un documento impresionante y escrupulosamente documentado.
Entre estas dos versiones se encuentra un minucioso proceso de creación de falsa documentación oficial, que ha llenado los archivos eclesiásticos, reales e imperiales, en la línea que ha documentado ampliamente la Nueva Cronología. Pero el primer manuscrito de Jean de Nostradame, que aquí se resalta, a pesar de tener la voluntad de mentir, o de ocultar la realidad histórica bajo una nueva realidad manipulada, aporta un episodio espectacular que Caesar Nostradamus (su sobrino), y la historia oficial, ha descartado (por temerario).
El episodio trata las raíces cristianas de lo que se conoce como Occitania, donde estaban también los cátaros (los escitas según la Nueva Cronología) y la zona que se conoce, hasta Toulouse, como en Gothia (tal como la Gothia del norte del Mar Negro, donde se encuentran judíos keraitas descendientes de los antiguos jázaros, o katharos). A modo de recordatorio, búsquedas judías -de Athur Zuckerman- de los últimos cincuenta años han demostrado que los poderes del condado de Toulouse, que la historia oficial emparenta con Carlomagno en nombre de Guillermo de Toulouse, eran en realidad exiliarcas judíos de Babilonia, del linaje del rey David. Esta información se basa en documentación europea medieval y otra investigación persa y árabe. Y, por otro lado, de los poderes de Toulouse nacen los poderes del condado de Barcelona (esto es historia oficial). (4)
El manuscrito de Nostradame está escrito en provenzal y se puede leer como catalán antiguo con tics franceses. El interés recae en la historia que cuenta sobre la naturaleza de los citados poderes. En este manuscrito se encuentra una información inédita, que aporta noticias de la conquista de Europa por parte del poder tártaro, que defiende y demuestra la Nueva Cronología. Como ya se ha indicado en trabajos anteriores, Isaac Newton apunta a la naturaleza “alana” y “chatti” de los catalanes (5), y en esta línea asimilo a los chatti con los hititas, y con los keraites que se fusionan con el linaje de Gengis Khan. Y, por otra parte, también se ha documentado que el cronista Diego Fernández de Mendoza también relaciona a los catalanes con los conquistadores de Asia (6). Es decir, había dos fuentes que apuntan a los poderes tártaros. Y ahora, con el manuscrito de Nostradame aparece una tercera. Y esta vez apunta al poder judío, de Toulouse y de Occitania, pero no le hace linaje del rey David (como Zuckerman), sino rey de Tartaria.
De forma sorprendente (si no se conoce la neocronología), Jean de Nostradame explica que los sarracenos ocuparon estas tierras “occitanas” dirigidos por el rey de Tartaria, que también fue rey de Gallicia (tierra desde el Báltico hasta el mar Negro, tierra de judíos askenazis) y rey de Troja la Grande (Troya). Le llama Tressyn y dice que se le conocía entre los sarracenos como el más poderoso de todas las naciones, tal como los grandes kanes. En la página 7 se dice esta información:
En un lenguaje neocronológico, el puente con los tártaros no es un problema. Se trata de Batu Kan, cuando entra en Europa con Möngke Khan, nietos de Gengis Khan y (el segundo) hijo de la princesa keraita (judía) Sorghaghtani Beki. El mismo Möngke que ocupará Persia y llegará hasta Vietnam con su hermano Kublai Khan, también hijo de la citada princesa, antes de convertirse en emperador de China y atacar a Japón. O sea, ocupan toda Eurasia, hasta el norte de África, y se proclaman reyes de reyes, los dueños del mundo. Son un linaje que las crónicas de Gengis Kan asimilan al del rey David de los judíos. O mejor dicho, se decía que Gengis Kan era el rey David de los judíos. Es decir, tanto la versión de Zuckerman como la de Nostradame dicen lo mismo, si aceptamos que, efectivamente, el linaje de los reyes de Tartaria era el del rey David.
Es decir, el poder de los sarracenos era el de los reyes de la gran Tartaria y el del linaje del rey David, siendo un poder que ocupa Troya (como lo hace en París, del cuento legendario de París y Helena). Nos encontramos, pues, con una crónica sorprendente que, junto con otras fuentes y con el encaje neocronológico, apunta al poder franco, y provenzal, que también es tártaro y judío, como los Kanatos jázaros vencidos, tiempo después, por Iván el Terrible y los Romanov.
Pero esto no es todo. La historia de este clan tártaro recién llegado a la Provenza que nos narra Nostradame no acaba aquí. El cronista provenzal termina la crónica de Tarssyn, el rey de Tartaria, con una lucha contra Carlomagno en Arlés (junto a Aviñón), de donde proviene el poder de la Borgoña. Tarssyn, con Tybaut, defienden su castillo de Arlés, hasta que Carlomagno (dice) los vence y los encarcela. Pero no los ejecuta. Todo lo contrario, los bautiza (los hace cristianos) y hace del rey de Tartaria señor de Toulouse, Burdeos, Narbona y Provenza. Y dice, en las páginas 8 y 9 del manuscrito, que Tarssyn será el primer conde cristiano de Toulouse. El texto:
Vamos, que tenemos tres orígenes del primer conde de Toulouse: 1) La crónica oficial, como Guillermo de Toulouse, que se la ha hecho un santo cristiano emparentado con la estirpe carolingia; 2) La crónica judía, que Zuckerman hace exilarca, proveniente de Babilonia y del linaje del rey David (y que también une con la estirpe carolingia); y 3) La crónica de Nostradame, que lo hace rey de Tartaria convertido al cristianismo. De la primera versión se añade la raíz benedictina de toda la Europa Occidental proveniente de Aniana (junto a Montpellier), que implanta Carlomagno, junto con la raíz papal del Aviñón (provenzal), y la a raíz de la Orden del Espíritu Santo (de Nuestra Dama de Montpellier, que harán suya los reyes de Francia). De la segunda, en cambio, cabe añadir la raíz judía de Narbona, considerada la principal escuela judía de Europa Occidental (Aryeh Graboïs lo tiene documentado) (7). Y de la tercera aparece una idea que apunta a un poder tártaro cristianizado. Pero existe una cuarta versión, si se analiza con un vistazo neocronológico.
Nostradame, como lo hace la historia oficial, completa la crónica de Carlomagno haciéndolo llegar a Roma, donde se proclama emperador y gran patriarca europeo del cristianismo. Vamos, un emperador que aparece de la nada y suple el poder “universal” del emperador tártaro, que ahora sabemos que fue judío (o medio judío). Y esto, claro, (con las gafas neocronológicas) es una forma de cambiar de identidades para cristianizar la historia, porque el cristianismo, tal y como lo entendemos hoy, todavía no existía. Esto es la Nueva Cronología. Se escondió la verdadera historia del linaje tártaro y judío, griego y romano, para crear el de Cristo resucitado. Carlomagno ha suplido la identidad del rey de Tartaria, o la de uno de sus hijos (tal como dice la Nueva Cronología). Originariamente, el poder original del sumo pontífice era judío, se encontraba en Aviñón, junto a Arlés, entre la Provenza y Toulouse, pasando por Montpellier. Después, más adelante, el poder se traslada a Roma y, escondido bajo el nombre del Vaticano, se encuentra el poder del verdadero conquistador de Europa: Batu Kan (tal y como también afirma la Nueva Cronología desde hace años).
Así pues, la cuarta opción de la raíz occitana es que no era francesa, sino franca, libre, de donde nace una escuela judía universal, tal y como lo hará en Babilonia (Persia) y después en Jerusalén, haciendo de gran emperador -rey de reyes- al césar de Constantinopla (por esta razón la primera Biblia imperial fue griega). Conviene recordar que el mismo poder que ocupa Europa también ocupa a Persia y toda Eurasia en pocos años. Incluso ocupa a Egipto y, claro, lo que se considera la Tierra Santa. Y, también, ocupa a Constantinopla (o Troya, aunque esta tesis merece un estudio aparte). La raíz imperial -europea- era tártara y judía, aliada con la raíz griega, antes de desaparecer y mutar hacia el cristianismo romano-italiano, y antes que las historias de Francia y de España -en este caso bajo el velo de la Corona de Aragón- se encargaran de borrar el pasado occitano, gascón y provenzal, y, de paso, hacer de los catalanes otra historia, eminentemente manipulada, como la de toda Europa, y del mundo. Pero, en este caso, con especial dedicación, en la que los Nostradame (oficialmente descendientes de judíos) fueron protagonistas y autores de la manipulación (dirigida por J.J.Scaliger, a su vez dirigido por el imperialismo eclesiástico cristiano). Ellos eran herederos del poder judío que ocultaron, aunque, probablemente, no existieron como tales (como Nostradame, o Nostradamus). A su manera, ¿los Nostradame se remiten a Nuestra Dama provenzal, y de Montpellier, camuflada como María Magdalena?
En esta línea, comentar que, en el manuscrito, antes de contar la historia de Tarssyn, se dice que Gerard del Rosellón (unido en matrimonio con el linaje carolingio, conde de Provenza y primer conde de París según la historia oficial, donde “Rosselló” puede bien referirse a una Rusia pequeña) reclama el cuerpo de la Magdalena y hace construir la iglesia de Vézelay (Borgoña), donde será enterrada (según este texto y también oficialmente, si bien oficialmente no se sabe de dónde viene ni se conoce que la llevara Gerard del Rosellón). ¿Quién fue realmente la Magdalena? ¿La mujer, la madre o la hija del rey de Tartaria? (la madre del linaje, judío, después cristiano).
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1 Jordi Àlvarez.
2 Mémoires en forme de chronique pour l’histoire de Provence / Jean de Nostredame [Manuscrit]. Description physique: Reliure cartonnée. Ex-bibliotheca sur étiquette imprimée collée au contreplat supérieur «Bibliothèque de Mle V. L. F. de Villeneuve Bargemont». Numéro d’inventaire ms. «7482» et mention ms. «M. Arbaud au contreplat sup. 102 f. parchemin (soit, 204 p.).
3 L’histoire et chronique de Provence de Caesar de Nostradamus ,… où passent de temps en temps et en bel ordre les anciens poëtes, personnages et familles illustres qui ont fleuri depuis VC ans… Nostredame, César de (1553-1629). Auteur du texte. BnF, Bibliothèque nationale de France, département Centre technique du livre, Fol. Lk2-1408.
4 Zuckerman, A. (1972). A Jewish Princedom in Feudal France. New York: Columbia University Press.
5 Newton, I. (1733). Observations upon the prophecies of Daniel, and the Apocalypse of St. John. London: J.Darby and T.Browns in Bartholomew-Close.
6 Hernández de Mendoza, D. (n.d.). El Becerro general, libro en que se relata el blasón de las armas que trahen muchos reynos y imperios, señoríos … y de la genealogía de los lynages de España y de los escudos de armas que trahen. Sede de recoletos: MSS/18244 V.1. Código de barras: 1001199011. Madrid.
7 Graboïs, A. (1997). “Le «roi juif» de Narbonne”. Annales du Midi: revue archéologique, historique et philologique de la France méridionale, Tome 109, N°218, 1997. pp. 165-188.